Desempolvando algunos recuerdos de hace casi 10 años en el que realicé este cuento para un curso de literatura, y a pesar de mi mala ortografía, tuvo muy buena critica, y siempre trataron de incentivarme a seguir escribiendo, cosa que nunca hice, siempre una excusa para no hacerlo, pero ya que me he dedicado un tiempo en este medio para expresar algunas cosas, y como el titulo de mi blogger es: ciencia medicina y algo mas.. pues éste entraría en ese "algo mas", aquí no voy a dar recomendaciones, ni criticas, ni enseñanzas, ni tampoco vivencias como tal, solo es algo imaginativo, con sentimiento, y muy fantasioso, que se titula:
"ENTRE TINIEBLAS"
Una vez, en un mundo místico, lleno de
de misterio. Oculto entre tinieblas y sombras, vivía eternamente un caballo; un
hermoso animal mitológico, de bello pelaje largo y negro, con ojos rojos y
pupilas negras y de un sobresaliente cuerno en su frente, de punta dorada y de
casquillos plateados.
Este ser místico, vagaba por un mundo llamado
inframundo, dominado por gárgolas y demonios, caballo impulsado por misterio y
honor lleno de odio, obstinado animal que la soledad y maldad envolvía,
sirviente del Emperador Demonio, su bucéfalo y corcel para toda batalla durante
siglos.
Un día entre los pozos de lava, esta
bestia vio que la más grande de las Gárgolas dejó sus alas, hechas de sombras y
conjuros endiablados, alas enormes, negras, con una garra en cada extremo y
tres en la parte superior, cada una con punta dorada, -“¡Que bellas alas!” las
quiero para mí.- se dijo para sí el animal.
El Corcel habló con un nomo que viajaba
por allí en busca del temible demonio; que penitencia tenía que pagar, antes de
que sin alma quedara; el corcel le dijo: -ponme estas alas luego yo me encargo
de quitarte la cruel penitencia- El nomo aturdido por la voz tenebrosa quedó
pensativo por la gran opción que le dio el corcel.
Este pequeño Nomo, un poco dudoso
accedió a la petición del animal, corriendo el riego de que la Gárgola se
enterase de tal hecho y así devorar su cabeza junto con la de su familia, como
ha sido por generaciones, y por ello el nomo hizo tal penitencia con el temible
demonio (emperador máximo de los demonios), para cerrar el camino entre el
territorio de las Gárgolas y los Nomos, siendo este emperador de grandes
cuernos encorvados hacia adelante en su cabeza, de ojos grandes y amarillos, de
piel escamosa de color rojo, colmillos sobresalientes, orejas puntiagudas, cola
con punta de lanza y patas de carnero de pelaje marrón. Eterno enemigo de las
gárgolas, una imparable guerra infernal. Una masacre que se ha hecho por
generaciones, por honor y dinastías.
Este Nomo, de pequeña estatura, de
orejas grandes y alargadas, cabello largo y blanco, ojos grandes achinados y
totalmente negros, boca diminuta, para decir sólo lo necesario (Los conjuros
mágicos) ya que su comunicación es telepática este verde pequeño es de caminar
encorvado, ayudado con su bastón de colmillo de dragón, sobreviviendo por su magnífica
magia, cedió y decidió unir las alas al semblante animal, y entre los
conjuros se fueron uniendo al cuerpo del
animal.
El Nomo volvió a su territorio a salvo
y complacido de no volver a ese temible mundo de tinieblas.
El Corcel tratando de utilizar sus
alas; caía, se golpeaba no sabía cómo usarlas, y pensó: -¡hubiese devorado la
cabeza de ese Nomo! No puedo con estas alas- y empezó a morderlas.
En ese instante en uno de los pozos de
lava, salió un gran Dragón, con cabeza de de serpiente, enorme y escamoso,
verde con delineado amarillo, alas escamosas que lo suspendía en lo alto de la
espesa niebla, alumbrado por sus fosas nasales de cuyo orificios brotaba fuego.
El corcel lo llamó y le dijo: -Ven
Dragón, enséñame a volar- el Dragón respondió: -¿El orgulloso y el único de la
raza de los Unicornios, del Emperador
Demonio me pide ayuda? Bueno como
desees-
El Unicornio al pasar de los días aprendiendo
a volar, despidió al majestuoso Dragón. En ese instante un ejército de gárgolas
se avecinaba al reino de los demonios y en la lejanía y en el espesor de la
bruma se veía el gran emperador gárgola, sin alas suspendida por dos gárgolas
llevándola y tomada por los brazos, su aspecto era de color negro, de cuya
cabeza sobresalían dos cuernos rectos hacia arriba, de ojos blancos, colmillos
muy largos y el cuerpo como el de una hiena.
El caballo al ver esa bandada de Gárgolas,
voló hacia el emperador demonio, y le dijo: -Se avecinan la peor de las
masacres, entre las dinastías más poderosas del infierno.- El emperador al
verle las alas al Corcel le respondió: -¡Ya veo, el por qué, de esta guerra!
Pero siempre esperé por ella.- Y pensaba: ¡ ”Seré el más poderoso Emperador del
Inframundo”!
El gran Demonio monta sobre la semblante
bestia y reúne todo su ejército y se inicia la cruel batalla.
La única manera de matar a las Gárgolas
es clavarle el tridente de oro y puntas de diamante negro en su pecho; y la
manera de las Gárgolas matar a los Demonios es cortarles la cabeza con sus
hachas de marfil de Dragón, o también como a todas las razas existentes en este
mundo de tinieblas, sacándoles el alma y encerrándolas en una esfera de
cristal, allí las almas se desvanecen.
Estas esferas, les da poder y vida a
las más temibles de todas las razas de este mundo, pero con un gran defecto:
guiadas sólo por el instinto de cazar almas.
Y éstas son las Sombras, un manto negro
que refleja en el medio una calavera y viéndose dos puntos rojos con los que
ven sólo, las oscuras almas de las razas del inframundo, mal que no tiene punto
débil, sólo morirá si no tuviese almas con que alimentarse.
En plena guerra, llegaron sesenta y
seis sombras de todo el inframundo, como buitres aprovechándose de las almas
que caen en batalla, como carroñeros saciando su hambre, con destellos de
alaridos y gemidos; El Corcel cabalgando sobre las cabezas de las sombras, con
su jinete que en su mano derecha tiene ese hermoso tridente de diamantes negros
y un zafiro en el centro que de conjuros le dio el Nomo para destrozar las
hachas indestructibles de marfil de Dragón. Y a su izquierda sostiene un largo
bastón, en cuya punta, tiene una calavera de carnero de cuernos retorcidos. Ese
trofeo del Emperador, al invadir y masacrar todo el territorio de los
Carneronios: seres enormes, robustos, Centauros, pero su rostro era de carnero
con enormes cuernos y pelaje blanco como la nieve de los riscos del territorio
ya extinto. Tenían tanto poder en los cuernos que al tocar la superficie de
algo podrían empujarlo a muchos metros y ese poder perdura aun después de
muertos. Y el Emperador Demonio al enterarse de ese poder aun después de
muertos, invadió y masacró a toda su especie para tomar ese vigor del mayor
carnero, para utilizar su cabeza como arma para protegerse, un escudo
envidiable y ligero.
El unicornio, usando el mágico cuerno
como taladro para alcanzar las almas y dejarlas casi muertas, y al caer los
cuerpos aprovechaban las Sombras para consumirlas; él, luchando y cabalgando
entre las tinieblas, solo decía: -siempre es de la misma manera, tengo alas y
solo son utilizadas para luchar; estoy harto de éstas guerras sin sentido, una
eternidad que aturde en soledad, soy el único. Todas las razas tienen varios
miembros, Los Dragones, las Gárgolas, los Nomos, las Sombras, los Carneronios
antes de acabar con ellos, ¡pero yo! Soy solo, no tengo raza, sólo sirvo al Emperador,
¡Solo soy un sirviente mas, y sin origen! Y en ese momento al decir eso, ve
rodar entre tinieblas la cabeza de su jinete, degollado por la más pequeña Gárgola,
que se escabulló entre la oscuridad y logró llegar hasta la cabeza del Demonio,
la Gran Gárgola gritó: -¡Soy la más poderosa de las grandes dinastías, todos
vosotros sois mis sirvientes ahora!- mientras el cuerpo sin cabeza caía del
lomo del Corcel, en ese instante, estalló un silencio ensordecedor, y luego
solo se escuchó un grito, el más espantoso sonido que haya estremecido a todas
las razas existentes en el inframundo, un grito de dolor, causado por el cuerno
del Unicornio, al atravesar el pecho de la gran Gárgola, al caer todas las
sombras se reñían entre sí por el alma de dicha bestia a punto de agonizar.
En
ese instante antes de morir la Gárgola dijo en voz quebrantada: -Mi raza
asesinó al Emperador que asesinó a la
tuya, el mismo que te hizo su sirviente, Príncipe Unicornio.- En ese instante
se escucho el suspiro de las Sombras deleitándose del alma de la gran Gárgola
que yacía en el suelo.
El Corcel, se llenó de un terrible odio
y empezó a matar a Demonios y a Gárgolas por igual, extendiendo sus alas entre
la niebla y con su cuerno ensangrentado.
De repente, escucha muy suavemente un bello
canto celestial, al ver todas las Bestias a la gran montaña del Nomo; una bella
mujer de cabello largo, negro, rizado, de piel tersa y suave, de ojos azules,
una perfecta Diva del Mundo de la Luz,
la Diosa más hermosa, que bajó y cruzó el submundo, invadido por cuervos
y murciélagos gigantes, dicho mundo basto de árboles caídos y huesos de
antepasados del Inframundo y el Mundo de la Luz, un cementerio espeluznante,
donde solo pocos entran, casi nadie sale.
Y
al llegar al Inframundo su objetivo era darle paz al animal de oscura alma,
envuelto en maldad y miseria. La bestia planeaba lentamente siguiendo la
dirección de la melodiosa voz; al llegar al lugar aleteó y lentamente sus patas
posaron la montaña sagrada del Nomo, aturdido por la dulce voz quedó inmóvil y
la diosa cerró sus bellos ojos desplegó sus increíbles alas de ángel y con su
mano temblorosa, rozó sobre el cuerno del Corcel y tranquilizó todo odio de su
alma. La diva obsesionada por la extraordinaria Bestia lo llevó al mundo de la
luz. El imponente Unicornio estaba aturdido por tanta belleza, tranquilidad
sonidos celestiales y aire puro; a diferencia del Inframundo que era olor a
azufre y putrefacto de cuerpos descompuestos, sonidos de vientos fuertes, con
algún rugido de alguna bestia o algún gemido de dolor, sin tranquilidad, solo
sobreviviendo entre tanta maldad y miseria.
Al
pasar de los siglos, el corcel luego de adaptarse a tal tranquilidad y nobleza,
empezó a debilitarse y la pequeña Diva hacia lo posible para que recobrara sus
fuerzas, pero el animal empezó agonizar en el corto siglo siguiente; la Diva
bajó al inframundo, buscó al viejo Nomo, para ver que conjuros haría para
eliminar el terrible mal que mataba al Animal. La bella Diosa logró convencer
al Nomo que subiera al Mundo de la Luz, para que con su sabiduría le aclarara
que mal le acontecía a la Bestia.
El
sabio Nomo, con sus pequeñas manos tomó con fuerza el cuerno del corcel y en
ese instante sus ojos cambiaron de color, tornándose grises y su largo cabello
se abrió como un abanico, el anciano después de unos instantes
inexplicablemente cayó muy debilitado, casi muerto la Diva pidió ayuda a sus
hermanas para que atendieran al Nomo, mientras ella seguía al lado de su
Corcel, asustada por todo lo acontecido y pensando: -¡Que te sucede! No te
quiero perder, te quiero para mí y solo para mí, toda nuestra eternidad y
seguir aclarando tu oscura alma. Al instante el unicornio abrió sus tenebrosos
ojos, suspiró fuego y se durmió.
Después
que el Nomo recobró la conciencia, y levantarse, tomo su bastón, se dirigió
hacia la pequeña Diosa, la hizo hincarse y una de sus manos la poso sobre su
cabeza y la bella niña abrió sus hermosos ojos azules y sin parpadear
comenzaron a brotar lagrimas de dolor. Momento después de irse el Nomo a su
montaña Sagrada, ella quedó inmóvil, el único movimiento que hacia su cuerpo
era el correr de sus lágrimas en sus mejillas, sus hermanas se asustaron y
sacudiéndola con fuerza por sus brazos, no obtuvieron respuesta alguna, la
anciana Diosa se acercó y dándole una bofetada le dijo: -¡Ya sabes que va a
morir! Ya te he dicho que esa Bestia no pertenecía a nuestro mundo.-
La
joven Diosa reaccionó y al acordarse de lo horrible que le había hecho ver el
anciano, abrazó a la Bestia que estaba a punto de morir diciéndole: -¡Te amo mi
semblante Corcel! Perdóname por no entender que no eres de este mundo y he
entendido que en la bendición del amor que es la deja como fin una maldición, siempre estaré
maldita de esa bendición- dijo entre lágrimas con voz temblorosa.
El Unicornio
puso su enorme cuerno en la delicada cabeza de la Diva y lentamente abrió los
ojos y dijo con lúgubre voz: -Aliviaste mi alma, de tanto dolor y odio, y entre
las sombras despreciables del olvido, prefiero la muerte, a vivir eternamente
muerto, sólo tengo la dicha de haber amado a la más hermosa Diosa.-
En
ese instante su cola se prendió en llamas, junto con sus patas, se levantó y
extendió las alas, mientras el fuego lo consumía, hasta quedar sólo una pequeña
flama que luego se extinguió.
La
Diva llorando y acordándose del terrible mal que había causado: aliviar un alma
oscura que nunca aclararía, un corazón negro con sólo sentimientos de matar,
odiar y sobrevivir, Un sublime misterio y un manto de maldad que lo arropaba se
fue desvaneciendo junto con su vida, consumiéndose en llamas por amor en el
Mundo de la Luz.
La
obsesión de tener a la bestia para ella, a quién no lo pudo tener eternamente,
sólo le quedó el consuelo de poseer su hermoso cuerno negro de punta dorada y
el bello recuerdo de tener el semblante Corcel por unos cortos siglos…